El Museo Arqueológico de Sevilla se ubica en el que fue Pabellón de las Bellas Artes de la Exposición Iberoamericana de 1929. Concebido por Aníbal González como lugar de exposición, su construcción se llevó a cabo entre 1912 y 1919 en estilo neorrenacentista plateresco. Cuenta con tres plantas, que albergan 27 salas de exposición permanente y una de exposiciones temporales. El museo se distribuye en dos grandes secciones: en la primera, se incluye la Prehistoria (Paleolítico-Neolítico; Edad del Cobre-Edad del Bronce) y la Protohistoria (Tartessos-Turdetania). En la segunda, la Antigüedad (Bética Romana; Reino Visigodo) y la Edad Media hasta la conquista cristiana (al-Andalus). Los fondos iniciales procedían de la colección formada en el siglo XVIII en el Alcázar de Sevilla, de las desamortizaciones del siglo XIX y de las excavaciones de Itálica. En los años 40 del siglo XX se integró la colección municipal, cedida en calidad de depósito por el Ayuntamiento de Sevilla. A lo largo de los años la colección se ha ido incrementando gracias a las excavaciones arqueológicas realizadas en la provincia. Actualmente el museo custodia más de 60.000 piezas, entre las que destacan por su singularidad el Tesoro del Carambolo, la pequeña escultura sedente de Astarté, la estatuaria de Itálica (Mercurio, Venus, Diana, Trajano, Adriano, retratos), el conjunto de documentos jurídicos en bronce o el de mosaicos romanos. Sala Monográfica dedicada al Tesoro del Carambolo y su entorno.